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miércoles, 13 de enero de 2016

14.01 Bomberos italianos mueren en Chorrillos - 1881

Sucedió hace 135 años


14 Enero 1881 

Bomberos italianos de la Bomba Garibaldi de Chorrillos

Hermanos y compañeros nuestros fueron Chiappe, Pale, Descalzi, Leonardi, Astrana, Bargna, Cippolini, Marzano, Nerini, Ognio, Orengo, Risso y Valentini, víctimas de su heroísmo y de la salvaje ferocidad de las turbas vencedoras. Yo siento ahora mismo su aliento en medio de nosotros. Aquí nos acompañan varios sobrevivientes de esa bárbara hecatombe, que la memoria no olvidará jamás y que el corazón siente aún con la intensidad del primer momento.

Esas sombras queridas estarán siempre a nuestro lado; su ejemplo nos servirá de estimulo, su recuerdo nos alentará, su fe hará que la nuestra no desfallezca nunca y su sangre será proficua y fecunda, porque la tierra regada con sangre de mártires, produce mártires y héroes.

Del discurso leído por don Ulderico Tenderini, Comandante reelecto de la Heroica, Benemérita y Centenaria Compañía de Bomberos Italiana Garibaldi Nº 6 de Chorrillos
Sesión de Reinstalación, 13 de febrero de 1893

La mañana del 14 de enero de 1881, un día después de la derrota peruana en la Batalla de San Juan, trece bomberos de nacionalidad italiana, pertenecientes a la Bomba Garibaldi de Chorrillos, fueron cobardemente asesinados por los criminales de guerra chilenos.

Los mártires italianos se encontraban combatiendo el fuego producido en Chorrillos por los bombardeos de los genocidas del sur. Las llamas consumían la tienda de su compatriota Queirolo, incendio que se había propagado a toda la manzana.


El primero en caer asesinado fue el bombero Giovanni Ognio a quien las cobardes bestias chilenas le partieron el cráneo con un golpe de sable. Cayó después el adolescente Luca Chiappe, acribillado a balazos por dos sargentos del Buín, quienes le dispararon todas las balas que tenían en sus fusiles. Los asesinatos chilenos continuaron con el degollamiento de los bomberos italianos Angelo Cipollini, Gio Batta Leonardi y Enrico Nerini. Obligados por la fuerza a arrojar la manguera que usaban para apagar el incendio, sufrieron los efectos del humo originado por la ruptura de la manga sobre el fuego. Asfixiados, se llevaron las manos a los ojos y no vieron los cuchillos corvos que los genocidas chilenos hundieron en sus gargantas.


Telegrama chileno informando acerca del “exterminio” de la Bomba Garibaldi de Chorrillos (Ahumada 1888, V: 103).

Los soldados rodearon a los bomberos italianos sobrevivientes, se les arrojaron encima, destrozaron rabiosamente su equipo y, apuntándoles con los fusiles con las bayonetas caladas, los tomaron prisioneros. Los genocidas recogieron lo que quedaba del equipo de los bomberos y lo entregaron al coronel invasor Fuenzalida. Acusaron a sus víctimas de alta traición y de formar parte de un equipo de francotiradores “garibaldinos”.


Los bomberos que quedaron cautivos de las bestias chilenas fueron Angelo Descalzi, Guiseppe Orengo, Egidio Valentini, Lorenzo Astrana, Paolo Marzano, Paolo Risso, Giovanni Pale y Filippo Bargna. A pesar de haber reiterado que cumplían función como bomberos y que no portaban armas, fueron fusilados la mañana del 14 de enero del 1881, tras las puertas del antiguo Panteón de Chorrillos. Previamente, los ocho mártires italianos fueron torturados. Oficiales de caballería llegados de Monterrico, sin saber ni preguntar nada, los golpearon y luego los ataron a las colas de sus caballos, arrastrándolos frente al criminal de guerra Patricio Lynch.





El 2 de marzo de 1881 el New York Times informó sobre la masacre chilena de los trece bomberos italianos de la Bomba Garibaldi de Chorrillos

La nota del New York Times traducida al español


Algún día un sentimiento similar recorrerá todo el mundo cuando los embajadores extranjeros publiquen informes autenticados del número de sus conciudadanos que fueron bárbaramente asesinados en Chorrillos, Barranco y Miraflores. Los chilenos están intentando paliar el asesinato de italianos afirmando que encontraron a muchos de ellos con gorras que decían “Garibaldi”, lo que los llevó a creer que pertenecían al Ejército [peruano]. Esto, sin embargo, no es excusa, desde el momento que su General había sido informado que todos los extranjeros llevaban placas distintivas de una clase u de otra, y que sus propiedades habían sido marcadas de acuerdo con los planes, los que también fueron enviados al general Baquedano. Sólo una visita a Chorrillos los primeros días [después de la batalla] puede proporcionar una idea de las escenas que debieron tener lugar cuando estuvo en manos de la soldadesca embriagada, de la misma manera que sólo una visita a los campos de batalla puede infundir la convicción que los heridos fueron asesinados dondequiera que fueron encontrados”.

El asesinato de los heroicos bomberos italianos que luchaban contra el incendio de Chorrillos –al día siguiente de la Batalla de San Juan– causó indignación en el país y en el cuerpo diplomático extranjero acreditado en el Perú.

Además, los embajadores de las naciones europeas denunciaron la matanza de extranjeros y el saqueo de sus propiedades. El New York Times recogió la protesta por el “bárbaro asesinato de numerosos extranjeros” cometido por los criminales de guerra chilenos en Chorrillos, Barranco y Miraflores.

El New York Times también reportó la devastación y saqueo de Chorrillos y el repase de heridos por las alcoholizadas bestias chilenas. El texto del periódico estadounidense es el siguiente: “Sólo una visita a Chorrillos durante los días [posteriores] puede proporcionar una idea de las escenas que deben haberse producido cuando [Chorrillos] cayó en manos de la soldadesca ebria, de la misma manera que sólo una visita a los campos de batalla puede transmitir el convencimiento que los heridos fueron asesinados donde quiera que fueron encontrados.”


© César Vásquez Bazán, 2011
Diciembre 31, 2011       

Fuentes chilenas

Ahumada, Pascual, editor. 1888. Guerra del Pacífico. Tomo V. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello.

New York Times, New York, 2 de marzo de 1881


Vargas, Moisés editor, Ministerio de Guerra de la República de Chile. 1979. Boletín de la Guerra del Pacífico 1879-1881. Santiago: Editorial Andrés Bello.


Mausoleo en el Cementerio de Surco de los 
Trece Mártires Italianos de la Bomba Garibaldi de Chorrillos.

 Fuente:


Los Bomberos Italos-Peruanos 

Tal fue la iniciación de las labores de la Bomba, que continuaron en forma infatigable, salvando cuánto obstáculo pudiera presentarse, hasta que vino la fatídica Guerra del Pacífico a ensombrecerlo todo.

Por eso, cuando el 13 y 14 de Enero de 1881, Chorrillos quedó convertido en un hacinamiento de escombros y cenizas. Los Bomberos de la Garibaldi, acudieron presurosos a combatir el fuego, pero las autoridades de ocupación que no entendían nada de principios humanitarios aniquilaron el poder de respuesta bomberil de la Compañía.

Es así como compañía italiana de bomberos Garibaldi perdió todo su material y fueron fusilados trece de sus miembros en el puesto de deber el 13 de enero de 1881 y fueron Adolfo Sánchez, Polo Menéndez y José Donaire los que desterraron de los escombros y muladares los despojos de nuestros compatriotas, habrá de recodar siempre los nombres de los mártires que fueron:


ENRICO NERINI
PAOLO MARZANO
EGIDIO VALENTINI
GIOVANNI OGNIO
GIUSEPPE ORENGO
ANGELO CIPOLLINI
GIO BATTA LEONARDI
LORENZO ASTRANA
FILIPPO BARGNA
ANGELO DESCALZI
GIOVANNI PALI
LUCA CHIAPPE
PAOLO RISSO


Extracto del libro de la Historia de la Compañía Italiana de Bomberos Garibaldi Nº6 de Chorrillos Lima - Perú
Investigada y Escrita por el Capitán CBP Luis Dawson Torres y en Colaboración del arquitecto José Miguel Victoria por el material facilitado y aclarar ciertos datos, Teniente CBP Mariella Flores, Capitán CBP Juan Pacheco , colaboraron también el Teniente CBP Javier Berroa, el sub teniente CBP Giancarlo Tassara y el Sub teniente Italo Carvo

Janet Aranda Ordinola
subteniente de la Compañía de Bomberos Italiana Garibaldi Nº6 de Chorrillos

Fuente:






Comentario:

25.03.2015

ANÓNIMO

Es un relato triste y penoso. Solo el leerlo produce un profundo sentimiento por nuestros hermanos vejados en tan críticas condiciones. Incluso asoma un sentimiento de venganza. Es comprensible, en ese sentido, que quienes no han conocido los detalles de la historia, al leer estas líneas, se sientan compelidos a vengar tales acciones. Pero la historia nos enseña a no cometer los mismos errores, nos enseña del sufrimiento y dolor que causó a tantas personas, que antes de ser peruanos, fueron seres humanos. Ni peruanos ni chilenos merecen tan terribles crímenes. Antes pensemos en el futuro juntos, como hermanos que siempre, por geografía e historia, hemos sido.